No soy capaz de concebir una organización EFICIENTE que no tenga en cuenta la percepción que sus CLIENTES tienen de ella

martes, 9 de febrero de 2010

EL OPTIMISMO DE LAS EMPRESAS


Las empresas son personas, aunque "jurídicas". Si nos aprovechamos de ese concepto legal, como personas, diremos que tienen y transmiten sentimientos, y por supuesto todos tenemos en la mente empresas de nuestro entorno que son más optimistas que otras, aunque no sepamos exactamente el porqué. Es evidente que ese estado de ánimo se nutre en gran medida por el de sus empleados, pero además, el propio "ente empresa" llega a tener el suyo, más allá de la mera suma del de sus colaboradores.

Quisiera destacar que el optimismo contribuye notablemente a incrementar la confianza. Los proveedores y clientes (mucho más si hablamos de consumidor final) no suelen tener métodos científicos para medir y evaluar a las empresas, y se basan mucho en el "olfato" o "feeling". Por lo tanto se basan en la confianza que inspiramos para satisfacer sus necesidades, en nuestra credibilidad, en nuestra capacidad de comunicación, empatía, etc. Y en gran parte estos factores se ven apoyados por un comportamiento optimista, que debe empezar por la dirección o gerencia de la empresa y que llegue hasta el último rincón de nuestra actividad comercial, a través de nuestros vendedores, nuestra imagen, etc.

¡Ojo!. Que esto no se confunda. No hay que caer en el peligro de identificarlo con falta de seriedad, o que esa "alegría" nos sirva como excusa para olvidar las responsabilidades o tareas encomendadas. O que "todo vale". Optimismo sí, pero con rigor y método.

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