No soy capaz de concebir una organización EFICIENTE que no tenga en cuenta la percepción que sus CLIENTES tienen de ella

domingo, 21 de febrero de 2010

CORAZÓN TRUENO y CABREOS




Era un buena película "Corazón Trueno". Se trataba de un policía, agente especial del FBI como dicen allí, con genes Sioux que tenía que investigar un crimen en la reserva. Pero, perdonad, es sólo un gancho para el título, porque no voy a hablar de truenos, ni de películas, pero sí de corazones.

Y voy a decir que cada día más me encuentro con gente mezquina, es decir, escasa o parca, que tiene un corazoncito, muy chiquitito, donde no les cabe casi nada, como mucho tienen sitio para albergar a una o dos personas, además de sí mismos. Así que el artículo debería llamarse Corazón Mezquino.

¿Dónde ocurre esto?. Bueno, siguiendo la famosa teoría de la "Y griega", donde cada uno de los lados (profesional y personal) confluyen en un único segmento, en lo que somos, uno mismo, pues acontece en todos los órdenes de la vida. Desde padres con claros favoritismos que sólo tienen sitio en sus corazones para uno de sus hijos, esposas que más allá del reflejo del marido de toda la vida no tienen ningún otro en su víscera vital, adolescentes chantajistas, etc. Y en lo profesional; aquí es hasta divertido, siempre y cuando no le toque perder a uno. Puñaladas traperas, egoísmos, jaleadores de brillantina, pelotas que venden hasta a su madre si hiciera falta, "profesionales" que para ascender atropellan hasta a la propia empresa, que es otra persona (jurídica) y que también tendrá su corazón.

Mirad cuando conducís. Parece que les molesta que haya "otros" y que por eso haya que esperar en una rotonda o ir más despacio porque buscas aparcamiento (eso sí, si son ellos los que lo buscan, está plenamente justificado). O cuando esperáis una cola. Quizás aquí en Madrid sea aún algo pero que la media. Fijaros en la agresividad existente, inútiles que dan vergüenza ajena, vagos que viven de no se qué, cabrones con pintas en definitiva, perros ladradores que luego se acojonan y se venden por un pesebre, hipócritas en estado puro.

En fin, a ver si agrandamos nuestro corazón, dando más cabida a más gente, y de paso ampliamos nuestros pensamientos, nos liberamos de maniqueísmos y prejuicios (hombre, de paso, de los perjuicios también), nos desencasillamos y damos más rienda suelta a nuestra propia libertad, sin tanta etiqueta fijada de antemano, pasando más de políticos, palmeros y voceros, que la sociedad civil es la que manda, señoras y señores. O por lo menos así debería ser. Al final y al cabo, lo del "gran hermano" y el "mundo feliz" eran cosas de novelas. ¿O no?

No hay comentarios:

Publicar un comentario


Buscar este blog