No soy capaz de concebir una organización EFICIENTE que no tenga en cuenta la percepción que sus CLIENTES tienen de ella

jueves, 19 de agosto de 2010

REFLEXIONES SOBRE EL IMPACTO DE LA CRISIS EN LA POSVENTA (Automoción)


Publicado en Recambios & Accesorios, Agosto 2010, número 318, Ediciones Grupo Tecnipublicaciones , www.tecnipublicaciones.com

Si ustedes han sido capaces de llegar a leer en este preciso momento esta primera frase, me pongo a sus pies. Gracias, muchas gracias de verdad. Porque que tenga a priori interés, a estas alturas, un artículo sobre la crisis, es que de verdad ustedes tienen mucho mérito. ¡Con lo manido y banalizado que está el tema!.

Como premio a este interés voy a intentar huir de todo tipo de mensajes oficiales y oficialistas, así como de cualquier detalle técnico. Al contrario, pretendo darle un enfoque diferente y práctico. Para ello vamos a utilizar la técnica del decálogo, es decir, a continuación expresaré diez reflexiones sobre el efecto y posibilidades en nuestro sector de esta profunda crisis económica y financiera.

1. Bueno, para empezar algo general. Huyan de periódicos, televisiones y predicadores. Bueno, de los políticos ni hablar. No se crean ni la mitad globalmente, en general, esto va a durar hasta 2016. No hemos pasado lo peor, porque aún si fuera cierto que hayamos tocado fondo, seguiremos en él. Las crisis tienen ciclos y los de las últimas han sido muy cortos (entre 12 y 18 meses), pero este es de los de antes (como en 1929 y 1973). Los efectos están siendo muy diversos según sectores y actividades. Pero, en general, esto va para largo. Y si China estornuda, aún más.

2. Otro general, pero ya algo más cercano. El sistema financiero aún no ha pasado por lo peor. Habrá “marrones” que tendremos que pagar entre todos. Los españoles, Estado, empresas y particulares, debemos entre todos más de cuatro veces lo que producimos en un año. Imagínense una empresa de recambios que debe cuatro veces lo que factura en un año. No lo que gana, sino ¡lo que factura!. Los balances de los bancos y, sobre todo, los de las cajas, no están suficientemente provisionados. Están hinchados de suelo y viviendas. Y con éstas últimas todavía se puede hacer algo, pero con lo otro no hay ni mercado. La restricción al crédito seguirá, por tiempo largo. Y si suben algo los tipos de interés, aún será peor.

3. El tópico. Como el consumo se restringe, y así es, porque además se tiende a ahorrar más, esto implica retrasar ciertas inversiones, como la del coche nuevo, o consumos habituales, como el mantenimiento o la reparación del vehículo. La frecuentación de visitas al taller caerá. Otra cosa será la posible selección de taller.

4. Como consecuencia del punto anterior, el consumidor (en nuestro caso, el automovilista) se va a informar más. Además con más paro se tiene más tiempo. Lo de comparar precios, aumento del “do it”, pedir presupuestos, etc. se va a generalizar, va a estar a la orden del día. Internet no va a ser “un mundo a tener en cuenta”, sino “el mundo”. Esto es importantísimo. Nos tenemos que poner las pilas en el sector y abaratar a toda costa, sin perder calidad ni servicio, el precio final que paga el automovilista por reparar o mantener. Y si hay algún colectivo que ha tenido ingresos por encima de lo que le correspondían dentro de la cadena de valor, es hora de corregirlo.

5. Los seguros están casi como la banca (en muchos casos tienen los mismos negocios). Querrán seguir sacando tajada, en aumento. Porque además disminuyen sus ingresos, ya que se generaliza más el seguro a terceros, hay guerras de precios entre ellos, etc. En especial los carroceros deberán seguir aunando fuerzas. Y, aunque esto pueda resultar duro, no todas las aseguradoras son iguales. No descartemos llegar a acuerdos con algunas.

6. Casi nadie se fía de nadie. El riesgo crediticio y la posibilidad de aparición de impagados está encima de nuestras mesas, como el pan de cada día. Es el momento de apostar por sus empresas. Si tienen liquidez o posibilidad de realizarla (tampoco los mercados financieros están tirando cohetes), inviertan en sus negocios. Sí, ¿por qué no aumentar capital?. Aportará una gran confianza frente a los bancos, proveedores, empleados y clientes. Si pueden hacerlo, deben ser los primeros en liderar la confianza en sus propios negocios.

7. Ahora para la Posventa independiente. El nuevo reglamento 461, y lo que ello implica, que es recordar y generalizar lo del 1400, y darlo a conocer en general… bueno, ni un recambista lo hubiese hecho mejor. ¡Vaya Oportunidad, con mayúsculas!. Aprovechen el entorno y los cambios del regulador (principio del fin de la cautividad, sello del libro de la marca, doble marcaje, etc.). Los Centros Auto han empezado a hacer campañas. Cuanto más informado esté el consumidor, mejor (hay todavía mucha gente que piensa lo contrario). Y el parque va seguir envejeciendo. Hay nichos donde extraer actividad

8. Crucen la frontera. Esto suena a “vade retro”, pero quizás en algunos casos hay que hacer negocios con los del sector marquista. O al menos plantearse esa posibilidad, según nuestro ámbito de actuación, en determinadas situaciones. Ellos no se van a quedar parados, sobre todo teniendo en cuenta que les van a afectar mucha más negativamente otros temas. Su interés en la llamada venta externa crecerá. Sólo digo que se considere.

9. Hagan un esfuerzo por mejorar la gestión y organización en sus empresas. Es un error pensar que es el momento de quedarse quieto. ¡Es que no es ni siquiera un momento!. ¡Que llevamos dos años y todavía nos quedan otros 5 ó 6!. Es una ÉPOCA para hacer cosas, muchas. Si tuviera que destacar una sola, yo diría que trabajen en la clientela, en su fidelización. Si lo hacen bien, será el motor para el resto de mejoras en otras áreas.

10.Dejen de llorar. Si no es así, y seguimos a verlas venir, está claro que nos hundimos. Y yo quiero que mi gente, los que pueden leer esto, amig@s, se superen, salgan a flote, creen más riqueza, vivan mejor y más felices. Cada vez me creo más que el componente psicológico de este tipo de eventos tiene mucho que ver, si no en sus causas, sí en sus consecuencias y, sobre todo, en su superación. Ya está bien de tanto lamento. Por su propio bien, tengan o no hipoteca, pónganse las pilas.

Bueno, disculpen si ha sido más de lo mismo. Me conformaría si por lo menos han sacado una idea positiva de todo ello. En todo caso, que tengan muchas suerte y sepan torear y capear el temporal.


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